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Importancia del uso de Hipoclorito de Sodio como desinfectante en los tratamientos de agua.


El proceso de cloración es una de las técnicas más utilizadas en el tratamiento de potabilización del agua, continuamente se obtiene agua de las distintas fuentes naturales como son los lagos, lagunas, manantiales, ríos y pozos, por eso es indispensable identificar las propiedades físicas, químicas y biológicas originales del agua para determinar un correcto tratamiento de la misma y el combate de sus partículas perjudiciales para la salud humana.


La desinfección del agua supuso un gran avance en Salud Pública a principios del siglo XX, al eliminar los microorganismos patógenos del agua, causantes de las enfermedades infecciosas de transmisión hídrica. El cloro es el desinfectante más extendido, caracterizándose por su alta reactividad. Los principales compuestos de cloro utilizados son: Cloro gas, Hipocloritos (sódico y cálcico) Dióxido de cloro, Cloraminas. (Olmedo, 2008)


Esta asepsia del agua de consumo humano, se realiza en las plantas potabilizadoras posterior a la filtración del agua, consistiendo en añadir cloro para eliminar los microorganismos patógenos responsables de enfermedades, tales como: la fiebre tifoidea, cólera o disentería, también puede llevarse a cabo en los hogares, en áreas donde no llega el agua potable.


El hipoclorito de sodio (NaClO) es la solución utilizada habitualmente como agente desinfectante y blanqueador de uso doméstico. Es un oxidante eficiente y económico, que se comercializa en diferentes presentaciones para su disolución. El NaClO disuelto en agua se descompone lentamente, originando sodio (Na+), cloruros (Cl−) y radicales hidroxilos (HO). Estos HO pueden oxidar compuestos orgánicos o reaccionar para formar agua y oxígeno. La interacción resultante entre el Cl o sus productos de hidrólisis y la presencia de los microorganismos es lo que produce la desinfección (Barón, 2021)


El desinfectante alcanzará su cometido a medida que se realice una filtración eficaz en el tratamiento del agua, así también el efecto desinfectante tardará unos treinta minutos en el contacto del agua con hipoclorito de sodio, antes de su consumo.


La búsqueda por tener un control adecuado en los tratamientos de agua y reducir los efectos nocivos de la exposición al cloro, como a cualquier sustancia química, va a depender de la dosis que se aplica, la duración, la exposición y la presencia de otras sustancias -en el proceso de desinfección- así como también su correcta aplicación dependerá de la temperatura del agua, el tiempo de contacto es decir el tiempo transcurrido entre la inyección del cloro y el consumo del agua, y el contenido residual de desinfectante deseado en la red de distribución.


Un claro indicador del potencial de desinfección en el proceso de cloración es el producto de la concentración de cloro residual, en mg/l, y el tiempo de contacto en el agua, en minutos. (Quirós, 2005)


Se debe realizar una correcta elección del oxidante siguiendo los criterios de máxima estabilidad, mínima toxicidad directa, y mínima formación de subproductos que pueden provocar efectos adversos en la salud humana y alterar las propiedades organolépticas del agua, los subproductos del cloro tales como los THMs tienen mayor probabilidad de originarse al emplearse un aumento de la dosis de cloro y de la prolongación del tiempo de contacto del agua con el cloro.


A su vez existe un límite permisible de cloro activo en el agua para su desinfección, esta regulación se implementa con el objetivo de minimizar riesgos e impactos negativos en el medio ambiente y dar solución a un tema prioritario que es la contaminación del agua, el valor es de “0,5 mg/l vigente en las normas sanitarias actuales del país” (Álvarez, 2020). También la OMS establece que una concentración de 0.5mg/l de cloro libre residual en el agua, después de un tiempo de contacto de treinta minutos garantiza una desinfección satisfactoria.


En conclusión, el hipoclorito de sodio es un compuesto higienizante universal para el tratamiento de aguas utilizado durante muchos años, y es altamente disponible a bajo coste, sin embargo para que la interacción del agua con el desinfectante sea efectiva, la calidad química del agua tendrá una influencia decisiva sobre éste, solo así el oxidante tendrá una alta capacidad en la eliminación de organismos patógenos, además debe ser utilizado en concentraciones adecuadas y tiempos precisos para obtener un agua estable, la misma que será distribuida a lugares y comunidades que la requieren para actividades diarias y consumo.


En Clorid S.A prestamos servicios de cloración de depósitos de agua potable y nos encargamos de controlar la calidad del agua haciendo un mantenimiento periódico para garantizar su calidad. Si existen problemas con el agua de tu comunidad ponte en contacto con nosotros y te asesoraremos en la solución más adecuada para tu caso.



BIBLIOGRAFÍA


Olmedo, M. (2008). Subproductos de la desinfección del agua por el empleo de compuestos de cloro. Efectos sobre la salud. Hig. Sanid. Ambient, 342, 335-342. Recuperado de https://saludpublica.ugr.es/sites/dpto/spublica/public/inline-files/bc51018bc59c356_Hig.Sanid_.Ambient.8.335-342(2008).pdf


Alvarez Cedeño, J. F. (2020). Propuesta de diseño para el tratamiento de aguas residuales para la UCSG-FETD utilizando un sistema embebido que permita determinar la cantidad de cloro, pH y sólidos en suspensión. Recuperado de: http://201.159.223.180/handle/3317/14321


Quirós, F. R. (2005). Desinfección del agua con cloro y cloraminas. Técnica industrial, 260, 55. Recuperado de: https://www.tecnicaindustrial.es/wp-content/uploads/Numeros/20/42/a42.pdf


Barón, C. (2021). Comportamiento del cloro en aguas y análisis en el tiempo. Recuperado de:


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