El agua es fundamental para el desarrollo sostenible y socioeconómico, convirtiéndose así en un punto central en la vinculación de las sociedades con el medio ambiente y a su vez en la supervivencia del ser humano. Por tal motivo, el planeta donde los seres humanos habitamos es conocido como el “planeta azul”, porque está compuesto de un 70% por agua y un 30% de masa continental, lo que conlleva a que viéndolo desde el espacio se advierta que el color azul es el que predomine.
Pero cabe recalcar que solamente el 2,5% es agua dulce, de la cual el 0,007% es apta para el consumo humano, frente a un 97.5% de agua salada. Por tal motivo, el objetivo 6 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible busca garantizar la disponibilidad de agua con su respectiva gestión sustentable y el saneamiento para todos mediante una conciliación entre las demandas comerciales - que es el volumen de agua necesario para el desarrollo de toda actividad humana que necesita del recurso hídrico para su realización. - y las necesidades humanas, labor realizada en medio de cifras alarmantes – un 80% de las aguas residuales de actividades humanas se vierten en fuentes hídricas sin tratamiento (Neus Palou, 2019) – también existe un estrés hídrico que aumenta las sequías y desertificaciones (PNUD Ecuador, 2021) que a su vez está provocando que persista una inequidad en la distribución del recurso hídrico, donde 3 de cada 10 personas carecen de acceso a abastecimiento de agua y 6 de cada 10 no disponen de saneamiento seguro (Neus Palou, 2019).
En Ecuador, la situación no está alejada de la realidad mundial. A pesar de ser uno de los países latinoamericanos con mayor cantidad de agua dulce por habitante, alrededor del 40% de la población rural no tiene acceso adecuado a agua para consumo humano, mientras que el 90% de las aguas residuales no son tratadas en el país. Como consecuencia, más de la mitad de las fuentes de agua no tienen una calidad adecuada para el consumo humano (Fundación Futuro Latinoamericano, 2021), lo que repercute en la calidad educativa, desarrollo cognitivo y asistencia escolar especialmente de los niños.
El país cuenta con un marco legal actualizado que cumple la función de regulador para el sector del agua y saneamiento, lo que le permite a la empresa privada junto a la pública actuar en el otorgamiento de agua potable y saneamiento en diferentes zonas del país, donde aún no se considera tan importante recurso vital, mediante el suministro de insumos - por parte del sector privado - que permitan mejorar la calidad de vida como la instalación de equipos generadores de hipoclorito de sodio in situ, o en ciertos casos cloro granulado, cloro gas, entre otros compuestos. Pero la labor va más allá del otorgamiento de herramientas, debido a que las empresas encargadas del manejo de este recurso deben evaluar los múltiples beneficios que traen los diferentes sistemas de desinfección del agua.
Los trabajos realizados por parte de las instituciones privadas y públicas se los hace con responsabilidad social, en su mayoría con el entorno del área de influencia de un proyecto, que a más de generar a los habitantes beneficios ambientales también se crean oportunidades laborales. Por tal motivo, la empresa Clorid S.A, encargada de la cloración en diferentes ciudades, se encuentra en la búsqueda de generar impactos positivos sobre las sociedades - mediante el abastecimiento de agua segura y desinfección correcta - se une a Pacto Global Red Ecuador, que promueve principios sociales y ambientales universales a través de la agrupación de la empresa privada con diferentes organizaciones.
Bibliografía:
PNUD. (s.f.). Objetivo 6: Agua limpia y saneamiento. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Palou N. (22 de marzo de 2019). Barcelona. Las cifras del agua siguen siendo alarmantes. La Vanguardia.
FFLA. (25 de enero de 2021). Quito. Futuro del agua en el Ecuador: Perspectivas presidenciales. Fundación Futuro Latinoamericano.
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